Puro y simple: la sana enseñanza, es decir, la doctrina apostólica. La doctrina es esencial, por varias razones:
1. Produce y fortalece la Fe que salva, pues la “fe es por oír la Palabra de Dios” Romanos 10:17
2. Renueva nuestras mentes oscuras y limpia nuestros corazones impíos, pues contrario a lo que enseñan los universalistas y mal llamados apóstoles y profetas , el corazón natural del hombre, desprovisto de la palabra de Dios, es perverso y malvado 1 Pedro 2:2.
3. Delimita lo que es verdadero de lo que es falso, para que así, no seamos presa fácil de falsos ministros que hacen mercadería del Evangelio y conducen a muchos a perdición. La doctrina, en este sentido, es como la línea que marca fuera de lugar de una cancha: nos dice, “a partir de aquí, estás fuera de juego”. El que desprecia, desvaloriza y considera superflua la correcta doctrina (ortodoxia), no sirve a Cristo, busca su propio beneficio. Aquí una advertencias Bíblica sobre los tales:
Gálatas 1:9: “Como hemos dicho antes, también repito ahora: Si alguno os anuncia un evangelio contrario al que recibisteis, sea anatema”.
Y hay muchas más!! Cuidado. Buscad y atesorad buenos pastores y maestros, y escudriñad la Escritura para que crezcáis en toda buena obra para salvación.
Piénsalo. Dios te bendiga.