Notemos el orden de los hechos:
Primero: Judas aceptó una fechoría en su corazón.
Segundo: entonces comenzó a buscar una oportunidad.
Nadie cae en el pecado repentinamente.
Todo comienza con una decisión en el corazón y en la mente. Antes de caer en la tentación hubo pensamientos que fueron tolerados, después acariciados y después aceptados; entonces se busca la oportunidad de hacer lo que se está pensando. Nadie se va de la iglesia repentinamente.
Nadie cae en adulterio de repente. Nadie decide divorciarse de un día a otro.
Nadie roba sin antes haber dejado entrar la avaricia a su corazón. Nadie decide suicidarse en un momento, es un proceso que culmina en el suicidio. Nadie adquiere una depresión crónica de la noche a la mañana, sino que se ha permitido dejar entrar basura en su mente por mucho tiempo.
Al contrario, cada uno es tentado cuando se deja llevar y seducir por sus propios malos deseos. El fruto de estos malos deseos, una vez concebidos, es el pecado; y el fruto del pecado, una vez cometido, es la muerte. Santiago 1:14-15 RVC.
Busca a Dios en oración diariamente para que no caigas en tentación. Estén alerta y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil. Mateo 26:41 NVI.
Judas aceptó y comenzó a buscar una oportunidad para traicionar a Jesús de modo que ellos pudieran arrestarlo cuando las multitudes no estuvieran rodeándolo. Lucas 22:6 NTV.
¿Qué estás aceptando o tolerando en tu corazón?
¿Qué pensamientos estás acariciando que no agradan a Dios?
¿Qué vas a hacer para no caer en tentación?
Piénsalo.