¿Cómo escuchar la voz del Espíritu Santo?. Juan 16:13
- Sermon By: José Pacheco
- Categories: Prédicas
Juan 16:13. Reina Valera 1960
“13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.“
¿CÓMO ESCUCHAR LA VOZ DEL ESPÍRITU SANTO?
¿Es posible escuchar al Espíritu Santo? En este texto Jesús lo afirma. El Espíritu Santo está disponible para todos aquellos que han puesto su confianza en Jesucristo. Él habla a nuestros corazones y nos guía en la dirección correcta cuando aprendemos a escuchar su voz.
Algunas verdades sobre cómo escuchar al Espíritu Santo:
- Marcos 6:31. Necesitamos estar quietos. Muchas veces estamos tan ocupados que no logramos escuchar la voz de Dios. Las tareas diarias, el afán, las preocupaciones nos consumen, pero para poder escuchar la voz del Espíritu Santo necesitamos quietud. Tal vez necesitemos estar solos, con calma, sin interrupciones para escuchar la voz del Espíritu Santo. Una persona con afán nunca podrá escuchar su voz.
- Marcos 1:3. Necesitamos tomar el tiempo para reflexionar sobre nuestras vidas. Nuestros pecados nos impiden escuchar la voz del Espíritu Santo. Arrepintámonos, analicemos nuestros errores, confesemos nuestros pecados. Cuando estamos más cerca de Dios nos volvemos más sensibles.
- Juan 8:31-32. Necesitamos estudiar profundamente la palabra de Dios. Es necesario aprender a meditar la palabra de Dios, así seamos creyentes de muchos años. Si no leemos la Biblia, ¿Cómo podemos escuchar la voz del Espíritu Santo?.
- Hebreos 11:1. Debemos estar abiertos a la dirección del Espíritu Santo de Dios. La Fe nos permite crecer espiritualmente y poder entender cuando el Espíritu Santo nos quiere hablar.
- Colosenses 3:12. Ser pacientes. Oír la voz del Espíritu Santo nos obliga a ser pacientes y esperar. Dios nos habla, pero los impacientes no tienen la capacidad de esperar. El Espíritu Santo se mueve en el tiempo correcto, en su momento, no basado en nuestros afanes.